Tuesday, July 24, 2007

La joya del Sudeste Asiático




Tras once días de viaje por Vietnam, ya estoy de vuelta en Pune. Con cierta resaca física y psíquica, las ganas de volver pronto, la tristeza de despedirme de Deo y del país, y el típico
bajón post-vacacional, me disponía esta mañana a afrontar un día medio surrealista en el trabajo, ya que llevaba 24 horas despierto y únicamente había dormido en al avión y en el autobús 'a cachos'. El caso es que después de pegarme una buena ducha y tomarme un café en la German Bakery, me comenta el jefe que me pille libre hasta viernes. Cabreado, cagándome en la manera india de hacer las cosas, intento no hundirme pensando en que me podía haber quedado en Saigón hasta el viernes, por ello decido meterme en la cama hasta que sea capaz de afrontar un nuevo día en esta ciudad.

Pero vayamos al grano camaradas, que once días en Vietnam dan para mucho y de buena calidad.

El viernes vuelo a Ho Chi Min city, antigua Saigón, vía Singapur, excelente servicio en la Singapore airlines, y qué bellas azafatas. Me recogen varios miembros de la familia de Deo y tras una parada técnica para almorzar un buen arroz con vegetales y chuleta de cerdo a la barbacoa, llegamos a Canthó, ciudad de 200mil habitantes al sur del país, junto al delta del Mekong. A partir de ahí, mucha actividad familiar, conociendo a cada miembro de la extensa familia allí asentada. También mucha y exquisita comida, acompañada de un buen café con hielos, que me acompañaría a todos los lados.

Canthó es limpia, tiene aceras y muchas tiendas, la gente te mira por ser extranjero ya que no muchos turistas visitan la ciudad, si además te paseas la ciudad con 3 o 4 locales y frecuentas sitios donde no hay mucho turista, mas 'art of looking'. En el mercadillo puedes encontrar un buen genero, tanto en verduras y legumbres como en todo tipo de pescado y carnes. Nos dimos una vuelta por allí y entendí cual es la base de tan deliciosa y a la vez sana comida vietnamita. Tuve la suerte de comer en casa de una prima de Deo, lo cual es la auténtica comida vietnamita, y poco tiene que envidiar a la comida de mi ama en Bilbo, realmente deliciosa. Después de un buen café con hielos nos fuimos a un pueblo de al lado a visitar a unos familiares, viven a unos 30 km en medio del campo, se mueven con barcas para hacer la compra y vender sus vegetales también. Mucha pureza y felicidad entre gallinas, plateneros y todo tipo de árboles frutales.

1 comment:

SSergio said...

Joder, qué chulo, expláyate un poco más anda, que tengo unas ganas de Vietnam de la hostia, motívame, incítame, haz que vaya...

Non gogoa, han zangoa!!!!

SSergio.